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Este blog relata la experiencia del Padre William en sus años de trabajo como misionero en El Cementerio Central de Bogotá. Dicho relato surge de un proceso de observación participante, en conjunto con entrevistas y conversaciones con el Padre William durante los meses de abril y mayo. Para narrar este relato, decidimos contar en breve la historia del padre hasta su llegada al cementerio y analizar cómo su labor lo convierte en una figura que legitima las creencias religiosas que se entretejen alrededor de tres de las tumbas más concurridas en El Cementerio Central: la de Leo Sigifredo Kopp, las hermanitas Bodmer y la de Julio Garavito. Asimismo, reflexionaremos en torno a la metodología y los instrumentos que guiaron nuestra investigación, esto con el objeto de mostrar las transformaciones que surgieron a lo largo de nuestro proyecto. Por último, abriremos un espacio donde se expondrán las evidencias de nuestra labor investigativa que consta de archivos audiovisuales y audios de las entrevistas realizadas al padre

Introducción

Padre William

El padre William Espinosa es un sacerdote venezolano de 43 años que pertenece a la Iglesia Cristiana y Misionera San Esteban Comunión Anglicana en Bogotá. Desde su llegada al Cementerio Central hace cuatro años, una de sus principales labores en el mismo es liderar las misas que se celebran alrededor de las tumbas de Leo Sigifredo Kopp, las hermanitas Bodmer y  Julio Garavito. Además de esto, en algunas ocasiones, también aconseja y escucha a las personas que se acercan a su puesto en el cementerio, a veces en busca de una orientación espiritual, otras solo buscando a alguien con quien hablar. Hace 14 años que llegó a Colombia con el objeto de reemplazar a uno de sus compañeros en una misión provisional en Bogotá. pero desde entonces decidió quedarse en Colombia de forma permanente. A partir de su nueva residencia en Bogotá, empezó a frecuentar en distintas ocasiones el Cementerio Central y de allí surgió su interés por participar de forma más activa y constante como representante de su iglesia en el cementerio. Sin embargo, hasta hace solo cuatro años le concedieron la misión de representar de forma permanente a su iglesia en el cementerio y desde entonces trabaja ahí todos los días de ocho de la mañana a cuatro de la tarde (horario en el que esta bierto el cementerio).

La investigación que tiene lugar en el Cementerio Central de Bogotá y se limitó principalmente a lo que es conocido como la "Zona Histórica". En este trabajo empleamos distintos instrumentos de investigación dentro de los que se destaca el uso de la observación participante durante las visitas al cementerio, que fueron alrededor de cinco. Esto fue realizado con el objetivo de comprender y analizar mediante observación las dinámicas de interacción que se dan entre los devotos y las tumbas. En un principio, nuestro proyecto estaba orientado a comprender ¿Cómo se generan los rituales de intercambio de favores con algunas tumbas del Cementerio Central? pero en nuestra primera visita conocimos al Padre William, de forma que nos llamó la atención su labor como sacerdote en el Cementerio. De ahí que en las visitas posteriores, más que centrarnos en esta primera pregunta, nos interesó comprender ¿Por qué se generan estos rituales? y ¿Cómo la figura de autoridad religiosa que representa el Padre William contribuye a legitimar estas creencias?

Metodología

La labor del padre William en el cementerio es para él una forma de aproximarse a las realidades de las personas y ser un figura que oriente sus experiencias de fe, independientemente de cual sea y sin discriminarlos por sus ocupaciones o sus orientaciones sexuales, cosa que otros padres dentro del cementerio hacen.  Dentro de sus labores del Padre en el cementerio se destacan las misas que se hacen ante la estatua de Leo Kopp todos los lunes. Además, organiza las misas particulares cualquier día de la semana y atiende en su puesto, el tiempo restante, escuchando los problemas que aquejan a las personas que acuden al cementerio en busca de consejos y apoyo espiritual. En este sentido, su vocación como misionero de Dios -como él mismo señala-  más allá de adscribirse a una iglesia Católico Romana o Anglicana, es estar al servicio de las personas sin importar su forma de vida o su nivel socioeconómico. A su vez, el motivo de su labor como padre misionero, tanto en el Cementerio Central como en otras labores a las que se dedica en sus tiempos libres -como ocuparse de una fundación geriátrica  de la Iglesia San Esteban Comunión Anglicana, ubicada en Fontibon o brindar servicios a domicilio de cualquiera de los sacramentos que se le solicite (matrimonios, bautizos, primeras comuniones, entre otros)-  es cumplir con el proyecto que Dios dispuso para él: acompañar las experiencias de fe de todas las personas dentro y fuera de los lugares que la Iglesia dispone para la devoción. Su opinión frente a las acusaciones y tensiones de su labor que surgen por parte de la doctrina que enseña la Iglesia Católico-Romana, es que la experiencia de Dios no se restringe a las paredes de una iglesia o a los santos oficiales que la iglesia reconozca, sino que, por el contrario, esta experiencia de fe es múltiple y creativa. Por tanto, la devoción a  siervos de Dios -como él define a las estatuas-  como Leo Kopp, las hermanas Bodmer o Julio Garavito es solo una faceta de esta experiencia de Dios que se expresa en las creencias de la gente, y por tanto él como misionero de Dios, más que de cualquier Iglesia Catolica, esta en la obligación de comprender y respetar.

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Estas experiencias de fe que se ven reflejadas en la veneración a las tres estatuas mencionadas y a muchas otras en el cementerio, son definidas por el padre William como un contacto con lo divino, pues la gente que acude y es devota a las estatuas no está adorando a las imágenes en sí, sino que está experimentando su fe en Dios a través de la intermediación de estos siervos divinos. Cuando le preguntamos al padre sobre su posición frente a estas creencias y su fe en las mismas, él  explica que desde su experiencia como sacerdote y a pesar de lo complejo que resulta comprender este concepto, de lo que él si está seguro es que en los momentos de desesperanza y angustia, la creencia en un milagro por obra de estas estatuas y lo que ellas representan para los creyentes es lo que estructura la fe y la creencia en estos siervos de Dios.  En este sentido, la figura del Padre William contribuye a la legitimación de estas creencias religiosas populares que han sido marginalizadas por la doctrina eclesiástica, pues a pesar de que su formación teológica es en gran parte la misma que la de la iglesia Católico Romana, su orientación como misionero anglicano es la de respetar y aproximarse a las necesidades materiales y espirituales de las personas y por tanto reconocer y legitimar estas experiencias de fe que se expresan en la devoción a estas tres estatuas del Cementerio Central. Ya que, si bien la creencia a estos siervos de Dios ya existe y es legitimada por la fe de los creyentes, la labor del padre es fundamental pues como autoridad religiosa, su reconocimiento a este conjunto de creencias y ritos, permite el fortalecimiento y la apropiación del Cementerio Central como un lugar sagrado donde se puede expresar la fe de forma creativa.

En este sentido, decidimos contar el Cementerio Central desde la perspectiva y labor del Padre William durante sus años allí. Para esto, y teniendo en cuenta la restricción de tiempo, resolvimos construir un relato de vida del Padre William, que se centró en un evento de trascendencia en su vida como persona: su llegada y trabajo como sacerdote en el Cementerio Central. Para la construcción de este relato entrevistamos y mantuvimos conversaciones informales en repetidas ocasiones con él. Algunas de estas entrevistas eran preparadas y estructuradas con anterioridad pero en otras ocasiones la entrevista fluía de acuerdo con los temas que proponía el padre.  Así logramos entender mejor las funciones que cumple él dentro del cementerio y su importancia como una figura autorizada por la Iglesia Cristiana y Misionera San Esteban Comunión Anglicana, que media entre las creencias doctrinales y las populares. Paralelo a esto, discutimos cada una de nuestras experiencias con las entrevistas y encuentros con el padre, así como las visitas al cementerio, de manera que progresivamente fuimos estructurando el relato. Además, utilizamos información bibliográfica acerca de temas relativos a la religiosidad popular y la historia de devoción a las tumbas de Leo Sigifredo Kopp, las hermanas Bodmer y Julio Garavito. Así como empleamos material audiovisual que documenta las observaciones del trabajo de campo y la labor del padre en el Cementerio Central.

En vida fue alemán y fundador de Bavaria, llegó a Bogotá en 1889, una época en la cual los sectores más humildes de la población colombiana eran marginados y dejados de lado debido a su falta de educación, higiene y dinero. Debido a esto, tras hacerse con una pequeña fortuna y abrir ofertas de empleo, principalmente a estos sectores marginados, comenzó a realizar obras de caridad como repartir mercados semanales a los barrios más pobres de la ciudad, convirtiéndose en una figura que representaba la bondad. Tras su muerte, fue enterrado en la zona histórica del cementerio central representado por una figura dorada. Con el pasar de los años, la figura de Leo Kopp pasó a ser considerada un siervo de Dios, es decir un emisario o una conexión de Dios con las personas, por ello frecuentan su tumba en búsqueda de ayuda, favores y protección que dicen a su oído. A su vez, a medida que la creencia del poder de la figura aumentaba, distintas personas crearon oraciones en su honor hasta convertirse una en oficial.

Leo Sigifredo Kopp

Casi seguido a la figura de Leo Kopp se encuentra la estatua de las hermanitas Bodmer, las cuales murieron en un incendio. Cabe mencionar que, a los ojos de la religión católica, al morir niños, ellos se convierten en ángeles, pues no tienen pecados y está llenos de inocencia. En el caso de las hermanitas el ritual y las peticiones son diferentes. A ellas se les pide principalmente por la salud de los niños recién nacidos, niños enfermos, por un buen embarazo a las futuras madres primerizas o por la salud de algún ser querido. Durante el día de las almas, es decir el día lunes, muchas personas se reúnen alrededor de la reja negra que protege a la figura de las niñas para decorarlas con dulces, flores, juguetes y toda variedad de adornos en forma de agradecimiento o para que escuchen las peticiones de los devotos. Ellas, a diferencia de Leo Kopp, no cuentan con una oración oficial.

Hermanitas Bodmer

Hermanitas Bodmer

Julio Garavito

Julio Garavito, matemático, astrónomo e ingeniero, dio grandes aportes al desarrollo de las ciencias en Colombia durante el siglo XIX, además de ser quien aparece en el viejo billete de 20.000 pesos. El caso de su tumba, la cual está a poco metro de la de Leo Kopp y las hermanitas, es muy particular, ya que la población que lo frecuenta son principalmente, como lo dice el padre, “pandilleros”, personas transgénero, trabajadoras sexuales y los coloquialmente conocidos como “ñeros”. Siendo casi siempre la más concurrida los lunes y desde la que se puede escuchar los parlantes de sus devotos y el olor a marihuana de los mismos. Sus fieles piden principalmente por la buena fortuna, pero también buscan la protección y otros favores. Para ello, el proceso es darle palmadas a la tumba o, como lo indicó el padre, frotar un billete de cualquier denominación y guardarlo en la billetera sin gastarlo.

Discusión teorica: Religiosidad popular

El conjunto de creencias y rituales que se presentan constantemente en las tumbas de Leo Kopp, las hermanas Bodmer y Julio Garavito, son un reflejo de una religiosidad que se construye por fuera de los escenarios formales del catolicismo. Estos procesos de legitimación religiosa por parte de los creyentes y de sacerdotes como el Padre William permiten la reproducción de este culto a las figuras del Cementerio Central y posibilitan la construcción del cementerio como un lugar sagrado para la peregrinación. Las personas que acuden al cementerio semanalmente “con las preocupaciones propias de una trabajadora sexual, un vendedor ambulante, un raponero, un negociante o una persona de clase media, cuya estabilidad económica, laboral o emocional se encuentra en tan alto riesgo y urgen de una solución inmediata” (Díaz, 2015, p.11) son las que entablan una relación espiritual con las tumbas y las que permiten la devoción constante a estos siervos de Dios, como los llama el Padre William.

En este sentido, esta forma de religiosidad que se manifiesta en el Cementerio Central puede entenderse como la conciliación de los poderes superiores de la divinidad con el hombre, pues es precisamente esta trascendencia del poder divino la que controla la naturaleza y la vida humana en su totalidad (Frazer, 1981). De manera que estas figuras -Leo Kopp, las hermanas Bodmer y Julio Garavito- que interceden desde lo terrenal en lo divino, por su cercanía y afinidad con las realidades de las personas que acuden al cementerio, son el mejor canal de contacto con Dios. En esta medida “el Santo Popular es santificado en tanto tiene la facultad de intervenir en lo divino y en lo terrenal con la misma facilidad, los Santos Populares pueden ser tan terrenales o tan divinos como los creyentes lo necesiten” (Diaz, 2015, p.19).

Con esto en mente, es posible afirmar que, si bien estas figuras son legitimadas por la fe de los creyentes y por autoridades religiosas como el Padre William dentro del cementerio, este tipo de experiencias religiosas no es autorizada por la doctrina católico eclesiástica y en este sentido surgen tensiones por la validación institucional de este tipo de prácticas, que delegan la devoción a las estatuas a la posición de religiosidad popular. En este sentido, como explica Weber en su texto “Ensayos sobre sociología de la religión”  (1983), cuando este tipo de religiosidad pertenece a las masas y es adaptada popularmente y de forma sincrética por aquellas personas que buscan aliviar sus preocupaciones y sufrimientos por fuera de la rigidez doctrinal de la religión, se puede comprender el fenómeno de apropiación popular de la fe.

    A su vez, este tipo de creencias es definido como un tipo de catolicismo popular, que se entiende como “la forma en la que se expresan religiosamente, para dar un sentido trascendente a su vida, las grandes mayorías del pueblo, que se definen a sí mismas como católicas, a pesar de su escaso cultivo religioso” (Marzal, 2002, p. 315). En el caso del Cementerio Central en Bogotá, esta devoción a los siervos de Dios y los ritos y ofrendas que se hacen a sus tumbas puede ser comprendido como un ejemplo de este tipo de catolicismo popular en gran auge. La acogida y expansión de este tipo de devociones en el Cementerio Central se puede explicar en parte, y de la mano con lo que señala el Padre William, a la falta de atención de la iglesia Católica Romana  a algunos fieles, pues “ la doctrina  no llega en su totalidad a ciertos sectores de la sociedad que han sido marginalizados por sus características económicas y socioculturales” (Díaz, 2015, pp.20-21).

    Por otro lado, como explica Marzal (2002), en América Latina el proceso de industrialización y migración tardío a las ciudades ha contribuido a que la atención por parte de la Iglesia Católica institucional sea prácticamente nula y que ha posibilitado el sincretismo y la adaptación religiosa por parte de sectores poblacionales que satisfacen su experiencia espiritual por medio de espacios y figuras que les permiten expresarse con libertad, como lo es el caso del Cementerio Central de Bogotá.

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De este proceso investigativo, destacamos que esta experiencia en el Cementerio Central fue bastante enriquecedora para nosotros como estudiantes de Antropología, pues nos permitió articular nuestras preguntas de análisis y aproximación al espacio del cementerio con las técnicas de investigación pertinentes. De manera que nos dimos cuenta que existen procesos de ubicación y reubicación analiticos que se van estructurando de acuerdo con el trabajo de campo. Como señalamos al comienzo, nuestra primera pregunta de análisis estaba orientada a comprender los rituales de intercambio con las estatuas, que después de nuestra primera visita al cementerio, cambió y fue rediseñada de acuerdo con la perspectiva del Padre William.

    A su vez, empleamos una forma de contar esta experiencia investigativa con las herramientas que nos brindó la clase de Instrumentos, pues decidimos centrarnos en la figura del padre, por medio de su relato de vida, para contar estos rituales de intercambio que se hacen a las tumbas de Leo Kopp, las hermanas Bodmer y Julio Garavito y así comprender estas formas de religiosidad popular que tienen lugar en el Cementerio Central.

    Sin embargo, consideramos que las técnicas empleadas (observación participante, documentación audiovisual, búsqueda bibliográfica y entrevistas) tienen tanto sus alcances como sus limitaciones en la comprensión de este tipo de fenómenos. En el caso de nuestro proyecto, estas técnicas fueron pertinentes pues nos permitieron esbozar una ruta de análisis para construir el relato y contestar las preguntas, pero el tiempo restringió nuestro labor investigativa, pues consideramos que para un proyecto de investigación más profundo necesitamos a su vez emplear estas técnicas con más persistencia y tiempo.

Reflexiones finales

Bibliografía

 

  • Díaz, D. (2015). Origen y evolución de los ritos a los santos populares del Cementerio Central de Bogotá. (Tesis de pregrado antropología) Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá.

  • Frazer, G. (1981). La rama dorada. Magia y religión. México: Fondo de Cultura Económica

  • Marzal, M (2002).Tierra Encantada. Tratado de Antropología Religiosa de América Latina. Madrid, España. Editorial Trotta/Pontificia Universidad Católica del Perú, Colección Estructuras y Procesos, Serie Antropología, pp. 602

      Weber, M. (1983). Ensayos sobre sociología de la religión. Madrid, editorial Taurus.

Padre y perspectiva

Rituales de favores a las tumbas 

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